Kobe no aguanta, pero los Lakers doblegan a los Pelicans (95-91)

El partido entre los dos peores equipos de la Conferencia Oeste empezó con un sabor agridulce y acabó con la victoria de Los Angeles Lakers (95-91) ante unos New Orleans Pelicans, que se mantuvieron por delante en el marcador durante casi todo el partido.

pero que flojearon en los minutos definitivos. El Staples Center festejaba la anunciada participación de Kobe Bryant, mientras los Pelicans sufrían la ausencia deAnthony Davis por segundo partido consecutivo. Kobe, para el que su última temporada en la NBA está resultando un calvario en forma de lesiones, volvió a recaer y tuvo que dejar el partido en el segundo cuarto, con dolor en el tendón de Aquiles. En los 15 minutos que estuvo sobre el parquet dejó 7 puntos y 3 rebotes.

Más allá del infortunio de Kobe, dos jugadores volvieron a echarse a la espalda el peso de los Lakers. Una vez más Jordan Clarkson volvió a ser el jugador más relevante de su equipo (18 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias), pero esta vez tuvo la colaboración determinante en los momentos de la verdad de Lou Williams (19 puntos y 8 asistencias), fantástico en el último cuarto, donde el equipo angelino certificó la victoria en un partido apretadísimo, en el que los Pelicans estuvieron por delante en el marcador desde el principio. Lakers supieron jugar esta vez sí con acierto el último parcial (28-20), apretar su defensa y cambiar el signo de un encuentro que parecía decantado para los visitantes.

La dolorosa derrota del equipo de Nueva Orleans solo se puede explicar desde la mala gestión de los momentos decisivos. A falta de su estrella, hasta seis jugadores superaron la decena de puntos, con especial mención al buen partido de Tyreke Evans, máximo anotador del encuentro (21 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias), bien acompañado por Ryan Anderson (15 puntos y 7 rebotes) y Eric Gordon (14 puntos). En el capítulo reboteador, cabe destacar la aportación de Omer Asik que capturó 13 rebotes, en los casi 18 minutos que jugó. La victoria fue festejada por el Staples, que vio sufrir y levantarse a su equipo, con la permanente preocupación por no poder saborear lo suficiente el juego de Kobe Bryant en su última temporada en activo.