Los Angeles Lakers se quedaron muy cerca de conseguir su tercera victoria en este 2016 y la que habría sido su cuarta en los últimos cinco encuentros.
Sacramento Kings se llevó finalmente un partido (115-118) en el que llegó a gozar de una ventaja de 27 puntos en la primera mitad y en el que acabó sufriendo hasta el último minuto del cuarto parcial.
DeMarcus Cousins fue la absoluta referencia de los locales, con una espectacular ficha de 29 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias como cabeza visible de un equipo en el que hasta seis jugadores se fueron más allá de la decena de puntos.
En los Lakers, Kobe Bryant cuajó una de sus mejores actuaciones en esta campaña, con 28 puntos. Hasta ahora, el máximo registro anotador de Kobe esta temporada está en los 31 tantos, pero en las dos noches en las que lo ha logrado, ante Denver Nuggets y ante Washington Wizards, los Lakers se llevaron la victoria. D’Angelo Russell destacó también en los angelinos, con 27 tantos y 11 de ellos en un último cuarto impresionante, mientras que Lou Williams se quedó en 20.
Sacramento se fue postulando para el triunfo desde el primer minuto de partido. Al final del primer cuarto (21-38), los Kings contaban ya con un colchón de 17 puntos, que fue en aumento a lo largo del segundo parcial hasta alcanzar una ventaja máxima de 27 tantos. Al descanso, la superioridad de Sacramento era de 21 puntos en el marcador (48-69).
Los Lakers reaccionaron tras el paso por los vestuarios y se fueron acercando cada vez más en la segunda mitad. Terminaron el tercer parcial a 16 puntos (86-102) y llegaron a ponerse por delante en el marcador durante el último cuarto (115-113 a falta de un minuto y medio para el final del partido) en un último parcial espectacular de los angelinos, liderados por un genial D’Angelo Russell, que se retiró a los vestuarios antes de tiempo por un mal apoyo en una entrada a canasta. Jordan Clarkson, que también ‘explotó’ en un gran último cuarto, perdió el balón en la jugada que habría puesto a los Lakers por delante a tan solo unos segundos del pitido final y ahí se difuminaron todas las esperanzas de triunfo.
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